viernes, 18 de febrero de 2011

Misterios de la memoría




Recuerdos que vienen de antiguas vidas, traspasando umbrales, abriendo túneles secretos de los recovecos de la memoría, en donde marcas me indican, descubro señales, transformandolas en luz, caminando voy con mi lámpara de aceite, así como un ermitaño del filo de la vida, ocultandome bajo las entrañas de la tierra, con sapiencia voy extrayendo su jugo, con fortaleza me visto y solo sabiduría del cielo entra en mi corazón para compartir. Sólo arte es mi camino, inspiración de amor en donde la literatura de mi alma se expresa en mi vida en todos sus niveles. Divino mundo que la naturaleza cuenta sus historias, historias guardadas en el fondo de mi ser, como alquimista elaborando las más sabias y dulces octavas musicales, armonias que solo mi pluma sabe volar en las vibrantes hojas del libro del corazón que destila mar de ensueños, donde se combina la plata y el oro, el cobre y el hierro, metales guardados en el cofre de mi alma, cerrado como tumba, conservados de hace siglos, hoy los recuerdos se abren, las heridas se van sanando, miro para abajo para encontrar y elaborar los alimentos que la madre tierra va dando, escarbo para sacar agua para que no me de sed en este largo camino que es el viaje de la vida, miro para arriba y el cielo me da la sabiduría para seguir extrayendo sapiencia y elaborar un mundo nuevo de esperanzas e inspiración, la muerte va resucitando de entre sus cenizas, así como el ave fenix, entre rayos y truenos, el hombre va despertando, la serpiente muerde su cola y la inspiración va naciendo, las mariposas revolotean entre castillos abandonados así como las palomas traen mensajes, la luz de un mundo nuevo se va alimentando del fuego del corazón, y el espiritu del mundo resurge como rayo de justicia levantandose en el eter del cielo azúl, en la alborada de la mañana, en la cima de la montaña, allí dónde cristo se ha crucificado, allí el espiritu de una personalidad cargada de apariencias que el mundo lo sobrecarga sin sentido, lo culpa, muere, clavado en tierra y resucita sacrificandose, entregando su alma a Díos para la purificación y lavado de los pecados del mundo.