miércoles, 3 de marzo de 2010

El regreso a su barrio... Ese amor...

Han pasado varios años desde que María se fué del barrio, cuando era una adolescente. Allí, todas sus amigas la extrañan y, principalmente, un muchacho muy especial para ella en el pasado, y que hoy ha podido olvidar. Él, Martin, nunca le habló ni la saludó, hoy está muy arrepentido, desde que ella se fue, la extraña como un loco.
Era un día muy soleado. Todas las maigas de María se encontraban en la esquina de la cuadra como siempre.
De pronto llega una camioneta cerrada a la ex casa de María. Los chicos van a ver quien baja; a penas la ven, corren hacía a ella a abrazarla. Martin no qiso ir por miedo de que lo rechace como una vez le hizo él. Pero María olvidó todo ese pasado y hoy no le tiene ningún rencor. Él fue un amor muy importante en su adolescencia pero hoy...
María lo llama desde su casa:
- Martín, ven a saludarme que yo también te extrañe.
- ¿Encerio?
Y fue con esas ganas de abrazarla que nadie puede explicar. Todo ese llanto que derramó en ese momento de alegría fué al volver a verla y poder decirle cuanto la quería.
- ¿Porque llorás, Martín?
- Te extrañe mucho, y te pido perdón por ser tan severo con vos en aquellos años.
- No te preocupes. Yo ya olvidé eso y quiero que tu también lo olvides.
- Sos muy buena, y yo...
María lo interrumpió:
- Vos también...
Y se abrazaron de vuelta muy fuerte.
Se ve que de la camioneta baja un hombre morocho con un nene de tres años:
- Mi amor... ¿me presentas a tus amigos?
- Si, claro. Ellas son las que tanto te hable. Él fue mi primer amor que también te hable mucho.
- Encantado en conocerlos. Yo soy José.
- Él es mi marido y él mi angelito Santiago. Nos juntamos hace tres años.
- Mami, ¿quien es este pibe? dice se Santi.
- Es un amigo.
- Entonces, ¿porque te abraza?
- Porque me vino a saludar.
- Ah... tengo hambre, mami.
- Anda con papá que te va hacer algo para comer, que yo ya voy
María despidió a todos sus amigos y les dijo que despues los llamaba para una reunión en su casa. Martín había quedado helado desde el momento en que María presentó a su marido y a su hijo. Ella le dijo:
- ¿Qué te pasa?
- Nada
- ¿Podemos hablar?
- Si, claro
- Vos fuiste un amor importante en aquellos años pero vos nunca quisiste nada conmigo, entonces desidi olvidarte y lo consegui. Crei que nunca me iba a volver a enamorar pero me equivoqué. Conoci a José y acá me ves, feliz con él y con mi hijo.
- ¿Lo querés?
- José es muy especial, me aguantó tantas locuras que me ayudó a olvidarte, asi lo empecé a amar... Lo que quiero es que tu también me olvides, como yo lo hice, intenta, por favor, no sufras por alguien que te quiso y te dejo de querer de un día para el otro.
Se dieron otro abrazo pero esta vez el ultimo con una lágrima cada uno en sus ojos.
José estaba en la puerta de la casa viendolos pero éste ya sabía toda esa historia, de ese amor que habia terminado hace tres años.

Escrito en el 2003...

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