miércoles, 3 de marzo de 2010

Un sonido extremecedor...

Esa vieja guitarra...

Ésta mañana fui al zótano, y vi tantas cosas, ¡tantos recuerdos! que me hicieron quedar; pero lo que más me conmovió fue esa vieja guitarra, la tomé entre mis manos, y empecé a tocar sus cuerdas... ese sonido tan particular, ¡como me emociona!, nunca imaginé volverla a tocar. Recuerdo la ultima vez que me inspiré en ella. Fué un mediodía familiar. Yo siempre le tocaba mis melodías a mis seres queridos; pero un día la dejé en el olvido por culpa de alguien que me hizo sufrir mucho.
Hoy... la vuelvo a encontrar, ¡viejita la pobre!, aunque aca suena, tal vez un poco desafinada; pero no pierde ese sonido tan extremecedor que se hace escuchar y me vibra la piel.

Escrito en el 2003...

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